Todo empieza la noche de los santos, era el cumpleños de mi amiga Doro. Estabamos en un lugar que nosotros llamamos "LOS VIEJOS". La noche pasó muy tranquila, pero a partir de las 2 de la madrugada se empezó a animar la noche, tanto que preferiría que no hubiese pasado. Empezamos a contarnos unos a otros historias de miedo, pero hubo una que nos dejó a todos petrificados... Trataba sobre una familia que vivía en la sima del diablo, nadie se explicaba como podían vivir allí, con todo lo que "decían" que allí ocurría. La familia no se hablaba con nadie, excepto con el enterrador,
2 comentarios:
Tiene muy buena pinta, Patricia. Muy bien comenzado el relato. Te digo un poco lo de siempre: hay que darse un poco más de aire y no entretenerse con la misma mosca que pasa al lado de Cristian y se queda petrificado. Si te concentraras más en lo tuyo, me alegraría no sabes cuánto.
Te respondo a ti, como representante de la clase:
No tengo palabras para agradeceros la carta que me entregasteis. En cuanto llegué a casa, la leí y contuve, como pude, el agua que brotaba de mi corazón. Mi triste corazón cansado, en fase de recuperación, ha recibido, en vuestras palabras, las vitaminas necesarias para seguir bombeando amor, que es lo que yo le pido para todos y, por supuesto, para vosotros también.
Desde hace ya tiempo, vosotros formáis parte de mí y os llevo alojados en lo más recóndito de mi corazón. Por eso sabíais que estaba dañado por tanta tristeza y pena, y con esas palabras tan bonitas y tan maravillosas, habéis sabido crear el bálsamo maravilloso que lo cura y hace que siga funcionando.
Gracias, de corazón, porque esas palabras sentidas que tan orgulloso me siento de vosotros, por haber sabido plasmarlas en papel, han aliviado mi gran pena.
Las he compartido con mi familia y han comprendido mis desvelos para con vosotros.
Gracias. Eternamente agradecido. Esa carta la he echado, para siempre, en el buzón de mi corazón que comparte correspondencia con el de mi buena madre.
Publicar un comentario